La arqueóloga Sharon Golban (Olivia Williams) descubre el cuerpo de un crucificado en una tumba subterránea, del siglo I d. C., en una cueva en Jerusalén. El hecho es que el descubrimiento tiene muchas semejanzas con lo ocurrido con Jesucristo en el 33 DC y la arqueóloga se lo comunica al padre Lavella, quien por su parte se lo comunica al ministro Hirsch para asuntos religiosos del Vaticano; a su vez también provoca una intrincada vorágine política ya que el hallazgo puede ser utilizado por facciones israelíes y palestinas con fines perversos y a su vez cuestionar y socavar las bases del cristianismo hasta sus más profundas raíces.
Para ello, el Cardenal Pesci encomienda en misión secreta al sacerdote jesuita de origen salvadoreño, Matt Gutiérrez (Antonio Banderas), quien además ha servido en la inteligencia militar para que encuentre la verdad del hecho. Mientras tanto, el gobierno de Israel busca chantajear al Vaticano para que reconozca a Jerusalén como la capital de Israel. La secreta operación ha sido captada por un joven líder palestino terrorista, Abu Silwan. Abu envía a un joven palestino, Zareh Tabinian, un comerciante de artefactos robados, para investigar y si es necesario chantajear, sobornar o asesinar para ver el alcance del tema.
El padre Gutiérrez llega a Israel y contacta a la arqueóloga, quien está muy enfadada por el secretismo en que ha caído su hallazgo. Gutiérrez consigue hacer amistad con ella y comienzan a buscar evidencias de que el cuerpo pudiera ser de Jesucristo. Para ello traen a un profesor experto en arqueología judía que date el hallazgo y no le cuentan la verdad para que éste halle la fecha por su cuenta. El experto determina que el cuerpo tiene una costilla fracturada por un lanzazo, no tiene fracturadas sus piernas, los huesos de sus pies y sus muñecas muestran evidencias de haber sido crucificado y, además, tiene una data de muerte alrededor del 30 DC. Todo parece apuntar a que el cuerpo es el de Jesucristo. Entonces empiezan a surgir los verdaderos problemas para el padre, el Vaticano y para la arqueóloga.
FICHA TECNICA
Título: THE BODY – “EL CUERPO”
Duración: 109 min. (Estados Unidos. 2001)
Director: Jonas McCord
Guión: Jonas McCord. Novela: Richard Ben Sapir
Fotografía: Vilmos Zsigmond
Música: Serge Colbert
Reparto: Antonio Banderas, Olivia Williams, John Shrapnel, John Wood, Derek Jacobi, Jason Flemyng, Makram Khoury, Vernon Dobtcheff, Ian McNeice, Mohammed Bakri, Sami Samir, Jordan Licht
Productora MDP Worldwide, Helkon Media AG, Green Moon Productions
Críticas
«No pasa de ser una intriga un tanto tramposa, en la que el suspense se mantiene con eficacia, pero que se encuentra sostenida en el vacío.» – Miguel Ángel Palomo: Diario El País.
MIS COMENTARIOS
Antonio Banderas es de esos actores que, a pesar de tener buenas cualidades y de ser considerado una estrella, no ha conseguido tener una carrera con papeles importantes. Ha tenido grandes actuaciones, pero no con la regularidad que hubiéramos deseado.
En esta película de “El cuerpo”, Banderas haciendo de experto del Vaticano no convence, al menos en mi modesta opinión, pero con todo, mucho más que su compañera de reparto Olivia Williams haciendo de arqueóloga.
Un lado valido de la película es como trata el fanatismo religioso y sobre todo cómo sobrevivir en un mundo lleno de señales equívocas, de conflictos confesionales y de diferentes odios.
El descubrimiento de una cripta en la que estaban restos de un cuerpo humano, que pudiera ser el de Cristo, es de una connotación gigantesca para el cristianismo, y en especial para la Iglesia Católica, que debería haber hecho pensar y estudiar mucho mas cuidadosamente el alcance y repercusiones a los productores y staff de dirección antes de abordar el proyecto.
Todo lo que rodea a Jesús de Nazaret y a sus circunstancias, cinematográficamente es atrayente, pero peligroso de tratar.
Jorge A. Capote Abreu
Santander, 1º de Febrero de 2022