Último paseo por el Parque del Buen Retiro de Madrid (III)

La leyenda del Duende del Retiro

El Retiro, a principios del siglo XVIII, era un parque privado, propiedad de la monarquía española

El parque madrileño era el lugar elegido por Felipe V -primer rey de la Casa de Borbón- para pasear y perderse por él.

Todos los días el rey paseaba por los jardines del Retiro, y contemplaba, atónito, como las aromáticas y bellas flores parecían florecer de la nada. Y tanto él como los jardineros que lo cuidaban se preguntaban cómo era posible que ocurriera algo así.

Con el paso del tiempo algunos jardineros afirmaron haber visto en los jardines a un pequeño duende. Al parecer trabajaba las tierras y por ello brotaban hermosas flores a diario.

Los jardineros también afirmaron que el duende era muy escurridizo y por ello nunca lo pudieron atrapar.

Con los años el Retiro dejó de ser privado y abrió su puertas al público.

Y del mismo modo que el duende se había escondido siempre del rey y de los jardineros, lo seguiría haciendo de las gentes que lo visitaban.

 

DUENDE DEL AMOR

 

Con los años el parque se convirtió, no solo en el escondite del duende, también en el refugio ideal de las parejas de enamorados que iban a él.

Algunas de esas parejas afirmaron haber sentido la presencia del duende.

Desde entonces el duende del Retiro se llama Duende del Amor.

Cuando vayas a pasear por el Retiro ve a la Antigua Casa de Fieras. Sobre la Osera está la escultura del duende que habita el parque del Retiro.

La escultura es obra del escultor, pintor y piloto español José Noja.

El duende es del año 1985, es de color verde y está tocando la flauta.

Si vas a pasear por el parque con tu pareja y tienes la suerte de verlo, la relación de amor será dulce y estable y durará para siempre.

Por Carolina Olivares Rodríguez