Leyendas y lugares de Cullera

La mayoría de las personas que van a Cullera lo hacen atraídas por el magnetismo de sus playas, especialmente de la de San Antonio (Platja de Sant Antoni). Y encantos no le faltan, desde luego, ya que además de ser la más extensa y famosa del municipio valenciano, la playa de San Antonio fue galardonada con la Bandera Azul de la Fundación Europea de Educación Ambiental y la Bandera Qualitur que otorga Turisme Comunitat Valenciana.

colecta culleraPero en este artículo viajero voy a relegar las playas para dar protagonismo a la montaña de Cullera: Montaña de los Zorros (Muntanya de les Raboses).

Antes de empezar, situémonos bien.

Cullera se sitúa en la comarca de la Ribera Baja.

Y ya desde la carretera -en la “Cumbre Alta”- se observa la montaña de los Zorros, y las letras blancas CULLERA, que parecen emular a la palabra HOLLYWOOD de Los Ángeles (California).

Y tras estas breves líneas… ¡Vamos allá!

En este artículo la figura de Jesús de Nazaret toma el mismo protagonismo (o más) que la montaña de Cullera. Porque personalmente Jesús es la persona que más admiro del mundo.

Dicho esto, ahora sí… ¡Vamos allá!

RUTA TORRES DE LA ALBACARA – CAMINO DEL CALVARIO

Partimos desde la plaza de la Virgen (Plaça de la Verge). La cruzamos, sorteando la fuente que la adorna. Subimos la escalinata para darnos de bruces con la calle del Calvario (Carrer del Calvari).

Comienza el ascenso por el calvario, siguiendo la ruta Torres de la Albacara (restos del conjunto de la antigua muralla).

Al final de la primera subida vemos un mosaico que representa a la virgen del Castillo, Madre de Cullera, donde se lee: tus hijos te aclaman por mar y por tierra (año 1962).

A la madre de Jesucristo le acompañan San Francisco de Asís y San Antonio – Padua.

Giramos a la derecha. Y no tardamos en ver las señalizaciones:

-Torre de la Reina Mora (a 40 metros a la derecha).

-Castell de Cullera, Santuari (a 600 metros a la izquierda).

Nos dirigimos a la torre, que está en la ladera de la montaña. Y paramos un momento para leer el panel informativo.

Torre de la Reina Mora o de Santa Ana, es una torre defensiva islámica que fortificaba la segunda albacara del castillo. La torre es rectangular, de base algo ataludada y remate almenado.

Estructura: planta baja, planta superior y terraza.

La torre de la Reina Mora fue construida con la técnica del tapial sobre basamento. Al parecer formaba parte de la bab-al-baggar (puerta de la albacara), que era por donde se ingresaba al segundo recinto de la fortificación.

Con los años, la torre perdió su función defensiva. Y en 1963 -por estar en desuso- pasó a ser una ermita cristiana, de primeras bajo la advocación del arcángel San Rafael, más tarde dedicada a Santa Ana (madre de María y abuela de Jesucristo).

La torre de la Reina Mora fue declarada Bien de Interés Cultural.

En la actualidad la torre puede visitarse.

LEYENDA DE LA TORRE DE LA REINA MORA

Cuenta la leyenda que una joven y bella doncella musulmana, casada con un comerciante rico -mayor que ella, al que despreciaba- se enamoró locamente del hijo del gobernante juez de la ciudad (el Cadí).

Una noche, los jóvenes amantes planearon asesinar al esposo; sin embargo, un loro traído de tierras lejanas reveló al comerciante el plan. Y los enamorados murieron ajusticiados a causa del engaño, por el Cadí, probablemente en la torre.

TORRE DE LA REINA MORA – PUERTA DE LA JUSTICIA EN LA ALHAMBRA

La puerta de la albacara del castillo de Cullera es parecida a la puerta más monumental de la Alhambra: la Puerta de la Justicia.

La Puerta de la Justicia es una de las cuatro puertas exteriores del complejo monumental de la Alhambra de Granada, en Andalucía.

LAS CATORCE ESTACIONES DEL CALVARIO (VÍA CRUCIS O VÍA DE LA CRUZ)

El camino de Cullera es reciente (siglo XIX). Su nombre original es Revoltes Noves. Sustituye al antiguo camino islámico que conectaba el castillo con la segunda albacara, llamada Revoltes Velles.

Antes de iniciar el calvario pensemos lo siguiente:

Si subiendo el camino -donde se encuentran los casilicios que narran el calvario que padeció Jesucristo- crees que es un trayecto pesado, piensa que a ti, en las horas previas de tu vida, no te azotaron ni te colocaron una corona de espinas; no te pusieron una pesada cruz de madera para que cargaras con ella… Tú vas a iniciar… Otro calvario.

Seguramente no tendrás hambre ni sed; y en el supuesto de tener otras necesidades fisiológicas… ¿Lo vas entendiendo? (No quisiera ponerme escatológica).

A ti nadie te insultará, nadie te escupirá; nadie te golpeará…

Dependiendo de la fecha del año en la que vayas a realizar el camino en zig zag del calvario podrías sentir frío o calor; sin embargo, tú lo has elegido libremente.

Si ascendiendo el calvario te cansas, podrás sentarte a descansar, mientras contemplas la panorámica.

Recuerda: Jesucristo no pudo descansar.

Las condiciones del calvario de Jesús de Nazaret fueron otras; y sin embargo… No se quejó, y lo soportó. Y murió crucificado.

Si él pudo con su calvario, tú también.

Y ahora, al tiempo que vives tú calvario, qué buen momento para “sentir” el calvario de Jesús.

I ESTACIÓN: JESÚS ES CONDENADO A MUERTE

Considera, alma, en esta primera estación que es la casa de Pilatos, en donde fue rigurosamente azotado el Redentor del mundo, coronado de espinas y sentenciado a muerte.

¡Oh, suavísimo Jesús! Que quisiste padecer como vil esclavo, delante del sacrílego pueblo, esperando la sentencia de muerte, que contra ti daba el tirano juez: suplícote, Señor mío, que por esta mansedumbre tuya, mortifique yo mi soberbia, para que sufriendo con humildad las afrentas de esta vida, te goce en la eterna gloria.

AMEN.

SEGUNDA ESTACIÓN: JESÚS CARGA LA CRUZ

Pecador, mira a Jesús con la cruz que le has cargado pues te dice lastimado: tus pecados sin mi cruz.

Considera, alma, en esta segunda estación, como es el lugar, donde a nuestro amado

Jesús le pusieron en sus lastimosos hombros el grave peso de la cruz.

¡Oh, Rey supremo de los cielos! Que sufriste ser entregado a la voluntad de los judíos, para ser cruelmente atormentado y recibiste el grave peso de la cruz: ruégote pues, Señor, tome gustoso la cruz de la penitencia, para que te vea siempre en el cielo.

AMEN.

TERCERA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ

Considera, alma, en esta tercera estación, como es el lugar, donde caminando el Señor con la cruz, acuestas, gimiendo y suspirando, cayó en tierra debajo de la santa cruz.

¡Oh, amabilísimo Jesús! Que fatigado con la cruz, te obligó a caer en tierra el gran peso de ella, para que conociésemos la gravedad de nuestros pecados, figurados en este madero: ruego a la clemencia divina que me levante de la culpa y que esté siempre firme en el cumplimiento de tus mandamientos.

AMEN.

CUARTA ESTACIÓN: JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE MARÍA

Considera, alma, en esta cuarta estación, como es el lugar, donde caminando el Señor con la santa cruz acuestas, encontró con su santísima madre triste y afligida.

¡Oh, Señora, la más afligida de las mujeres! Por el cruel dolor, que traspasó tu corazón, mirando a Jesús, tu Hijo, afeado su rostro, denigrado su cuerpo y hecho oprobio de los hombres: te ruego, madre afligida, que pues fui la causa de tus dolores, los llore amargamente.

AMEN.

QUINTA ESTACIÓN: SIMÓN EL CIRINEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ

Considera, alma, en esta quinta estación, como es el lugar, donde alquilaron a Simón El Cirineo para que ayudase a llevar la cruz a nuestro Redentor, no movidos de piedad, sino temiendo se les muriese en el camino por el peso grande de la cruz.

¡Oh, amantísimo Jesús! Pues por mi fama llevaste la muy pesada cruz, y quisiste, que en persona de El Cirineo te ayudásemos a llevarla: te suplico, Señor, me abrace con la cruz de la negación de mí mismo, para que siguiendo tus pasos, consiga los eternos gozos.

AMEN.

SEXTA ESTACIÓN: VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS

Considera, alma, en esta sexta estación, como es el lugar, donde salió la mujer Verónica que viendo a su Majestad fatigado y su rostro oscurecido con el sudor, polvo, salivas y bofetadas que le dieron, se quitó un lienzo con el que le limpió.

¡Oh, hermosísimo Jesús! Que siendo afeado tu rostro con las inmundas salivas, te limpió el sudor aquella piadosa mujer con las tocas de su cabeza y quedó impreso en ellas: te suplico, Señor, que estampes en mi alma la imagen de tu santísimo rostro y me des tu favor para conservarla siempre.

AMEN.

SÉPTIMA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ

Considera, alma, en esta séptima estación, como es el lugar de la Puerta Judiciaria, en donde cayó el Señor segunda vez, por habérsele hecho en el hombro una llaga muy grande y mortal.

¡Oh, santísimo Jesús! Que por la fatiga grande de tu delicado cuerpo caíste segunda vez con la cruz: te suplico, Señor, me hagas conocer el inmenso peso que tienen mis pecados y dame tu gracia para que no me arrastren a la eterna pena.

AMEN.

OCTAVA ESTACIÓN: JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES QUE LLORAN POR ÉL

Considera, alma, en esta octava estación, como es el lugar, donde unas piadosas mujeres, viendo al Señor, que le llevaban a crucificar, lloraron amargamente de verle tan injuriado.

¡Oh, Maestro soberano! Que viendo a las piadosas mujeres que se dolían de tus trabajos, las enseñaste a que llorasen por sí y por sus culpas: concededme, Señor mío, que con fervorosas lágrimas de contrición lave mis pecados, para que esté siempre en tu amistad y gracia.

AMEN.

NONA ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

Considera, alma, en esta nona estación, como es el lugar, donde cayó el Señor tercera vez en tierra, hasta llegar con su santa boca en el suelo y queriéndose levantar, no pudo, antes volvió a caer de nuevo.

¡Oh, benignísimo Jesús! Que sufriste atropellaran tu divina persona, con que te hicieron tercera vez dar en tierra con la cruz: suplícote, Dios mío, que sufra las desmesuras de mis enemigos y que teniendo paciencia en mis trabajos, te goce en los contentos eternos.

AMEN.

DÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

Considera, alma, en esta décima estación, como es el lugar, donde habiendo llegado el Señor al monte Calvario le desnudaron y le dieron a beber vino mirrado con hiel.

¡Oh, pacientísimo Jesús! Pues sufriste te quitasen tus vestiduras y que renovaran todas tus llagas, quedando desnudo delante de todos: te ruego, Señor, por estos dolores y por el que sentiste, cuando te ofrecieron el vino mezclado con hiel, que no beba yo los deleites, que mezclados con hiel de culpas, me ofrece el mundo.

AMEN.

UNDÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ

Considera, alma, en esta undécima estación, como es el lugar, donde fue clavado el Señor en la cruz y oyendo su santísima madre el primer golpe del martillo, quedó como muerta del dolor y le volvieron a poner la corona de espinas con gran crueldad y fiereza.

¡Oh, clementísimo Jesús! Pues sufriste ser extendido en la cruz y que clavasen tus pies y manos en ella: te ruego, Señor mío, que por tu inefable caridad, no extienda yo mis pies y manos a maldad alguna, sino antes viva crucificado en tu santo servicio.

AMEN.

DUODÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ

Ni los clavos ni el madero, me tienen aquí clavado, sino solo tu pecado y lo mucho que te quiero.

Considera, alma, en esta duodécima estación, como es el lugar, donde ya crucificado el Señor, le dejaron caer de golpe en el agujero de la peña.

¡Oh, divino Jesús! Que crucificado entre dos ladrones, fuiste levantado a vista de todo el mundo y padeciste tormentos insufribles: ruégote, Señor mío, que sanes mi alma y que solo a ti ame, a ti quiera y por ti muera.

AMEN.

DECIMOTERCERA ESTACIÓN: JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ

Considera, alma, en esta decimotercera estación, como es el lugar, en donde Josef y Nicodémus bajaron el santo cuerpo de la cruz y le pusieron en los brazos de la santísima Virgen.

¡Oh, madre de misericordia! Por aquellas penas que padeciste cuando pusieron a tu muy amado Hijo en tus brazos y fue ungido por ti: te suplico, me alcances un grande dolor de haberte ofendido y compasión de tus muchas penas.

AMEN.

XIV ESTACIÓN: JESÚS ES SEPULTADO Y PUESTO EN LOS BRAZOS DE SU MADRE MARÍA

Considera, alma, en esta última estación, como es el lugar, en donde la virgen María Señora nuestra puso el cuerpo de su querido Hijo en el santo sepulcro.

¡Oh, purísima Señora! Por la grande pena que padeciste, cuando quitaron de tus brazos a tu soberano Hijo, para ponerle en el sepulcro: te suplico, me alcances de su divina majestad, ablande mi duro corazón y coloque en él un amor grande para amarle y servirle.

AMEN.

En lo alto de la montaña, donde se alzan el Castillo y el Santuario, hay un mirador. Desde él se observa la bahía de Cullera y la desembocadura del río Júcar (Xúquer); campos de arrozales y huertos con naranjos.

(Incluso pudimos ver nuestro apartamento, en Tavernes de la Valldigna, playa).

Un consejito: el mejor momento del día para disfrutar de la impresionante panorámica es al atardecer.

CASTILLO DE CULLERA

El castillo islámico de Cullera data del siglo X y fue construido por el Califato de Córdoba.

El castillo se puede visitar. Dentro se encuentra el Museo Municipal de Historia Arqueología de Cullera.

Precio de la entrada: 3 euros, por persona.

Precio, entrada reducida: 1 euro.

Tiempo para verlo: 15 – 20 minutos.

El castillo de Cullera fue declarado Bien de Interés Cultural.

El 22 de abril de 2017 -Día de los Castillos-, la Asociación Nacional de Amigos de los Castillos le otorgó la Medalla de Plata, como reconocimiento por su actuación en la restauración y puesta en valor del monumento y la visita pública a través del museo de la ciudad.

LEYENDA E HISTORIA DEL CASTILLO DE CULLERA (1891)

Cuando el pueblo de Cullera, alzando los ojos al monte y contemplando su paraíso, propuso hacer una obra maravillosa como construir en la cumbre del monte el Santuario de la Virgen, todos unidos y con inmensa alegría, cuatro generaciones, padres, hijos, nietos y bisnietos, colaboraron desde la subida del monte hasta la cumbre donde tenía que alzarse el Santuario de la Virgen.

Las madres, llevando en brazos a los recién nacidos, les pusieron en la mano una bolsa con una piedrecita o un puñadito de tierra, para que ayudaran también, y cogiendo la mano a los mayores, subieron su granito de oro a las obras del Santuario.

El repartidor de agua, Bernardino Mompó, cargó sus dos mulas de aguas y las subía un buen trecho del monte para que todos unidos formaran un cordón en el cual se pasaba el agua y el material de unos a otros para comenzar la obra maravillosa que nosotros miramos con orgullo y amor, como hijos de Cullera.

Por fin se obró el milagro. Hemos dedicado este pergamino en honor a la VIRGEN DE LA ENCARNACIÓN, y siempre estará en nuestro corazón, el recuerdo y la memoria de nuestros antepasados, que con valor, esfuerzo y amor a la Virgen, construyeron esta espléndida obra como es el Santuario de la Virgen del Castillo, patrona de la Ciudad de Cullera.

CULLERA 25 DE MARZO DE 1996

(Obsequio y letra: Elvira Bou Mompó)

ASCENSOR DEL CASTILLO DE CULLERA

Para los que no quieran subir a pie pueden usar el ascenso. Abre de martes a sábado en dos horarios, invierno y verano.

Horario de invierno:

-De 10:00 a 14:00 horas.

-De 16:00 a 18:00 horas.

Horario de verano:

-De 10:00 a 13:00 horas.

-De 17:00 a 21:00 horas.

Precio: 1 euro por ascenso, 1 euro por descenso.

(Gratis para personas con necesidades especiales).

SANTUARIO NUESTRA SEÑORA DE LA ENCARNACIÓN, MARE DE DÉU DEL CASTELL

El santuario de Nuestra Señora de la Encarnación (Santuario del Castillo o Santuario de la Virgen del Castillo) está adosado al castillo.

El santuario -de estilo neo-románico-, es obra del desaparecido arquitecto valenciano Joaquín María Belda Ibáñez. Y se construyó en los años 1891 – 1897 con los donativos de la gente.

La entrada es gratuita.

LEYENDA DEL SANTUARIO DE CULLERA

Un pastor de Utiel, estaba apacentando su rebaño en el monte de Cullera, en el barranco de Santa Marta. De repente le pareció oír un ruido que procedía de una gran peña cubierta de matojos, que se hallaba cerca de la ermita.

Creyendo que sería un conejo, lanzó rápido su cayado hacia tal punto. Al acercarse y buscar entre las matas, hallóse con dos imágenes de la Virgen.

Una de ellas falta de un brazo.

Esta la entregó en la parroquia de Cullera.

La otra, al volver a su patria, la entregó en su parroquia.

 Transcurrida la primera noche en Utiel, al abrirse al culto por la mañana ambos templos, vio que ambas se habían cambiado por sí solo.

Posteriormente el rey don Jaime mandó que la de Cullera fuera trasladada de la iglesia parroquial al Castillo.

4 TORRES MÁS

La ruta Torres de la Albacara la forman cuatro torres más:

-Torre Miranda.

-Torre del Racó de Sant Antoni.

-Torre Esmatxada.

-Torre Octogonal.

Nota: mi marido Carlos y yo desechamos este itinerario por ser algo peligroso.

RECOMENDACIÓN FINAL

Si tienes intención de hacer noche en Cullera te recomiendo te alojes en Pensión Carmen Cullera.

La pensión, céntrica, y con cierto aire andaluz, cuenta con lo necesario para que estés  “como en casa”.

El precio es accesible a cualquier bolsillo y Carmen (su dueña) te atenderá muy bien.