La Riviera Maya

Riviera Maya

LA RIVIERA MAYA. MÉXICO (PRIMERA PARTE)

Desde que llegáramos de Oceanía hasta que por fin hemos contratado un viaje, fuera de nuestras fronteras han pasado casi dos años. (Bueno, en una de nuestras escapadas por la geografía española visitamos el pueblo costero francés de San Juan de Luz, pero eso no cuenta).

Y para mí, que soy una persona que no concibe la vida sin viajar, volar hasta México con la que está cayendo… ¡Es una pasada!

Si he elegido México es para que mi marido Carlos lo conozca, ya que yo lo visité hace muchos años.

(Al respecto de haber mencionado Oceanía: el último viaje que hicimos, hasta que nos confinaran por la pandemia, fue el segundo tramo del crucero de la Vuelta al Mundo 2020, a bordo del Costa Deliziosa, que navegaba el océano Pacífico, desde Valparaíso (Chile) hasta Sídney (Australia).

Para más información, ve a la sección Relatos, (en su día, escribí y publiqué la aventura viajera en 17 partes).

VIAJE A LA RIVIERA MAYA, EL CARIBE MEXICANO (DICIEMBRE 2021)

El viaje contratado incluye:

-Vuelos.

Duración del vuelo de ida: 10 horas y diez minutos.

Duración del vuelo de vuelta: 9 horas.

-Gran Palladium Kantenah Resort & Spa – 5* Superior (Riviera Maya – Costa Mujeres) del grupo de hoteles Palladium.

7 noches en una villa suite romance beachside en régimen de alojamiento TI (Todo Incluido).

-Traslados.

El pack incluye un seguro de viaje.

¡IMPORTANTÍSIMO!

Al viajar al extranjero, tal y como está la situación por la crisis sanitaria a nivel mundial, veo imprescindible contratar una póliza de seguro COVID-19.

Debes llevar el pasaporte Covid y realizar una serie de trámites.

La información acerca de los trámites va a ir cambiando, por lo que has de estar al día.

Tres horas antes de la salida del vuelo estábamos en la Terminal T4 del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas para hacer los trámites de facturación y embarque, más los subsiguientes controles de seguridad, traslado de terminales -de la T4 al Satélite de la T4 (T4S)-, en el trenecito eléctrico, control policial de pasaporte en el puesto fronterizo…

La tecnología se impone y hay que andar espabilado. El método tradicional -pase de control en cabina por agente de fronteras- ha quedando obsoleto tras la implantación de verificadores (acceso sistema biométrico).

A las cuatro de la tarde (y con una hora de retraso) salimos con Iberojet, destino a Cancún, en vuelo compartido con Iberia.

CAMBIOS EN EL AVIÓN

En la puerta de la aeronave una azafata nos dio un kit de autoprotección: contiene una mascarilla desechable y una toallita hidroalcohólica.

Es obligatorio limpiarse las manos con la toallitas (más tarde pasan a recogerlas).

Llevaríamos una hora de vuelo cuando una azafata informó por megafonía que pasarían por los pasillos con los carritos para vendernos auriculares y el kit de descanso. Sí, sí, habíamos oído bien: los auriculares que antes te dejaban o regalaban y el kit de descanso (con tapones para los oídos, antifaz, calzas y diversos objetos para el aseo personal) ¡Te los cobran!

Eso sí, la comida está incluida en el precio del billete; pero si te quieres tomar, qué sé yo, un vinito, se abona aparte.

Y después de contaros esas cosillas, centrémonos en la Riviera Maya.

Llegamos al Aeropuerto Internacional de Cancún a las 22:00 horas (en Madrid eran las dos de la mañana, pues en esa época del año la diferencia horaria es de menos seis horas).

El trayecto del aeropuerto al complejo hotelero es de una hora, por lo que pasando las once accedimos por la entrada principal.

Al llegar hicimos el check-in en el lobby del Grand Palladium Colonial Resort & Spa y pagamos la Ecotasa (10 euros, los dos, por siete días).

La Ecotasa es el Impuesto de Saneamiento Medioambiental para la limpieza de las playas y de las áreas verdes hoteleras del Caribe mexicano.

El pago es obligatorio y se puede hacer en efectivo (en pesos mexicanos, euros o dólares) o con tarjeta bancaria.

En el caso de pagar con euros, si sobra dinero, lo devuelven en pesos.

Mi consejo: siempre que puedas paga con tarjeta. Es cómodo, rápido y evitas las comisiones.

Como a esa hora el buffet estaba cerrado (cierra a las 22:30 horas) cenamos en Xtra Time Sports Bar, un bar deportivo de comida tipo snack. Dentro, tomas asiento y esperas a que los meseros (camareros) tomen nota de lo que quieres beber y comer. También hay una zona de autoservicio para coger patatas fritas, salchichas, nachos, aros de cebolla…

Si no quieres esperar al mesero puedes pedir la bebida en la barra, como estaba haciendo un grupo de muchachas y muchachos (supongo que americanos porque hablaban en inglés). Por como bebían chupitos de tequila -uno detrás de otro-, supongo también que debían de pensar que no había un mañana, ¡Ni niveles altos de colesterol!

Pasada la hora bruja, y completamente agotados, nos metimos en la cama para dormir (o al menos, intentarlo).

DOMINGO, 12 DE DICIEMBRE

El domingo, primer día de la estancia en México, estaba con los ojos abiertos como un búho desde las cinco y media de la mañana. Y si había logrado sucumbir al sueño pasadas las dos… Ya podréis haceros una idea de cómo tenía el cuerpo… En tres palabras: estaba hecha polvo.

En cambio Carlos, durmió como un tronco, el tío.

A las 09:15 horas teníamos una reunión en el Teatro con Thamara Herrera, la eficiente y profesional chica de la agencia de viajes Travelplan, que nos recibió en el aeropuerto y acompañó en el traslado.

Una vez levantados y medio adecentados, telefoneé a Recepción para que vinieran a recogernos en un carrito. (Desde que llamas hasta que lo tienes en la puerta no pasan ni diez minutos. También los puedes esperar en las marquesinas).

Nosotros no somos muy partidarios de ir en carrito (preferimos ir andando), pero por ser la primera mañana, y para que no nos cogiera el toro, optamos por usar este servicio, que el hotel pone a disposición de los clientes de forma gratuita.

Después de desayunar, y ya en el Teatro, la chica de Travelplan nos dio todo tipo de información. Y con ella contratamos los siguientes tours:

-Combinado Ek Balam – Chichén Itzá.

Duración: quince horas y media.

-Tulum – Muyil.

Duración: once horas y veinte minutos (como máximo).

Riviera MayaLa oferta turística de Thamara lo tiene todo. Y cuando digo todo, es todo.

Para mí las excursiones contratadas no eran nuevas (en mi primer viaje a México había estado en yacimientos arqueológicos). Y si no contratamos otras diferentes fue para no ir a sitios que a Carlos no le entusiasman (parque acuático Xel-Há) y/o no repetir experiencia (paseo marítimo en catamarán).

Si contratas más de una excursión te regalan el trayecto de ida y vuelta en furgoneta a Playa del Carmen. Vas el día que quieras, solo tienes que solicitarlo, de antemano.

Thamara nos recomendó que fuéramos bien equipados. Para ello la agencia recomienda llevar:

-Cubrebocas (mascarilla).

-Boleto o ticket de la excursión.

-Traje de baño y toalla.

-Crema solar.

-Gorra o sombrero.

-Gafas de sol.

-Calzado adecuado.

-Cámara de fotos.

Riviera Maya¡OJO! Entrar con cámara de vídeo conlleva pagar un impuesto.

-Dinero, no solo para comprar souvenirs, sino para pagar, sin ir más lejos, posibles impuestos y/o dejar tips (propinas).

Las propinas no son obligatorias, solo un extra económico para los trabajadores.

-Una muda para cambiarse. Aunque no es época de huracanes, el tiempo es algo inestable y no está de más llevar ropa seca.

En el complejo hotelero hay más touroperadores. Si la oferta de Thamara no se ajusta a tus medidas siempre puedes preguntar o comparar precios.

Advertencias dadas por el personal del hotel y de la agencia de viajes:

-Los horarios de los tours se pueden alargar por estar algunas carreteras en obras.

-Puntualidad (no esperan y se van sin ti).

-Toma ciertos cuidados para evitar engaños y situaciones delicadas que hagan de la estancia una experiencia contraria a la deseada.

Y recuerda que, en México, “las cosas no se pierden, cambian de dueño”.

Terminada la reunión Carlos se descargó en el móvil la app del hotel. Instalarla facilita, más si cabe, la estancia. A través de ella puedes, por ejemplo, hacer una reserva para cenar en restaurantes temáticos.

Este primer día lo dedicamos a indagar por las instalaciones de los hoteles Kantenah y Colonial y a resolver dudas. Y por supuesto, a disfrutar de todo, y a lo grande.

El complejo hotelero es una chulada. Y nuestra habitación… Ni te cuento.

Dejo la web de Palladium Hotel Group por si queréis echarle una ojeada:

www.palladiumhotelgroup.com

Riviera MayaEn la semana de vacaciones -salvo los días de excursión- hicimos lo típico: bañarnos en el mar o en las albercas (piscinas), tomar el sol en los camastros (hamacas o tumbonas); pasear por la playa; ver el amanecer, hacer fotos; comer cosas ricas, beber…

(Como se puede comprobar, aquí o acá, todo es cambiar el nombre a las cosas. O a lo mejor somos nosotros quienes lo cambiamos).

Y bueno, en siguientes artículos os hablaré de las excursiones que hicimos.

Cierro este primer artículo con una simpática anécdota

A falta de mamajuana – licor originario de la República Dominicana, del que los dominicanos dicen que es una viagra natural-, por recomendación de un camarero muy jovencito probé el banana mama (un cóctel caribeño).

Ya le dije al muchacho:

-Si eso lleva alcohol, no me eches mucho, que luego “che me chube a la chabeza” y voy pedo… ¿Entiendes lo que es ponerse pedo?

-Sí, señora-. Dijo él, sonriendo .-En México también le decimos así cuando uno toma más de la cuenta y se emborracha.

-Pues eso, que no me eches mucho alcohol, porque si me emborracho no sé ni “pa” dónde voy a tener que ir. Y venir aquí, desde España, “pa” emborracharme y no saber si vengo o voy… “Paeso” me quedo en mi país y me ahorro el viaje y el dinero.

-Sí, señora, que lo mismo se equivoca usted y ya no sabe si va para la playa o para la habitación.

-Pero qué pendejadas tengo que escuchar a lo largo del día-. Dijo Carlos que debió de pensar el camarero cuando se lo conté.

Que piense lo que quiera (a su vez pensé yo).

Por Carolina Olivares Rodríguez.