Denuncian a Keiko por presuntamente comprar votos a cambio de canon
Cientos de ciudadanos se adhirieron a la demanda contra la candidata de Fuerza Popular por la aparición de una web que promete entregar el dinero del canon minero a cambio de votar por ella. Galarreta lo niega. Keiko guarda silencio.
La candidata presidencial del Fuerza Popular, Keiko Fujimori, guarda silencio ante la grave de denuncia penal de un grupo de 600 ciudadanos que señala que ella ha cometido presuntamente el delito de inducción al voto, tras conocerse la existencia de una página web que promete la entrega de dinero del canon minero a cambio de sufragios.
En la plataforma aparecía una imagen de la postulante a la presidencia y un formulario de inscripción de datos personales, con lo cual se determinaría el monto a recibir producto del canon, según lugar de residencia.
Una de las propuestas de Fujimori en su campaña es que, de llegar al Gobierno, entregaría de forma directa el 40% de dicho pago a la ciudadanía, en vez de que se destine a los gobiernos regionales.
Usuarios en redes sociales denunciaron la existencia de la página, en la que se apreciaba el color naranja, distintivo de la agrupación política fujimorista. Tras ello, se cambiaron los colores y la imagen de Keiko por la de un desconocido.
El demandante, el abogado Edison Tito Peralta, mostró la imagen de la querella remitida al Ministerio Público a través de su cuenta de Twitter. Además, dio a conocer que se había logrado adjuntar una serie de evidencias que serán analizadas por la Fiscalía.
“Los más de 600 ciudadanos que hemos firmado esta denuncia nos encontramos seriamente preocupados por la forma en que se ha manejado estas elecciones. El poder económico ha trastocado las instituciones democráticas peruanas. No existe garantías de un proceso electoral legítimo”, escribió.
Por otra parte Keiko Fujimori según la Fiscalía ha delinquido de forma tan grave que debe cumplir una condena de 30 años de prisión.
Por tanto, con probabilidad cercana a l00% el Poder Judicial la sentenciará según solicitó el fiscal José Domingo Pérez, pues ya se aceptó la prisión preventiva de la cual Fujimori salió alegando temer contagiarse de coronavirus, aunque sabemos que se burló pues en campaña anda de aglomeración en aglomeración.
Entonces tenemos el caso de una presunta delincuente que pide una oportunidad para mandar a todos los peruanos, pedido que lo hace desde su infinita soberbia y para ello busca engañar con sus palabras llorosas.
“Les pido a ustedes y a todos los peruanos una oportunidad para poder reivindicarme con el lenguaje de los hechos porque esa es la única manera de reparar los errores cometidos”, dijo la aludida, quien no entiende de moral, pues insiste en llamar “errores” a los delitos perpetrados por el fujimorismo o por ella misma.
Así como no se puede confiar el cuidado de un niño a un violador que dice haberse arrepentido, ni la caja fuerte de un banco a un ladrón arrepentido, no se puede confiar la conducción del Perú a dicha imputada, es un insulto a la ciudadanía tal pretensión.
Oportunidades
A todos quienes han delinquido debe brindárseles oportunidades para rehacer y enmendar su vida por un camino de rectitud.
Pero eso no sin que antes hayan cumplido la pena y reparaciones que el Poder Judicial les impuso, y esas oportunidades no significan que deben ser encumbrados en el poder para que manden sobre todo el país. Eso sería un escándalo, una aberración y una soberana estupidez.
Es ese escándalo el que la gran prensa, políticos y empresas, parte de ellos vinculados con la corrupción, los que quieren hacer realidad.
En los ciudadanos está frenar esa pretensión con su voto este 6 de junio. Un pueblo que olvida su Historia está condenado a repetirla y no podemos repetir el fujimorismo de asesinatos, torturas, latrocinios gigantescos, copamiento de poder, captura de la prensa y narcotráfico, porque si del primer fujimorismo salimos con la Marcha de los 4 Suyos que costó seis vidas que se perdieron en el Banco de la Nacion, de un segundo fujimorismo tendríamos que salir con muchas marchas de todos los suyos y el costo en vidas podría ser no de seis sino de 600 o más peruanos.