Los jóvenes podrían alcanzar el pleno empleo en 2030 si se promueven cambios estructurales del mercado

  • “Es imperativo abordar la situación de los jóvenes en el mercado del empleo de manera específica”, ha señalado Raúl Grijalba, Presidente de ManpowerGroup España, Portugal, Grecia e Israel.
  • El último estudio de ManpowerGroup identifica las raíces del desempleo joven en España, que le retiene en tasas del 20% desde hace 20 años, y señala las vías para romper con esa tendencia: movilidad geográfica, formación y flexibilidad, entre otras.

Madrid, 18 de noviembre de 2021.- La próxima década puede ser clave para poner fin a los altos niveles de desempleo juvenil que históricamente se registran en España. El colectivo de jóvenes entre los 16 y los 34 años podría llegar a alcanzar en 2030 una tasa de paro del 5%, considerada como situación de pleno empleo, si se promueven los cambios estructurales necesarios en el mercado del empleo, orientados a facilitar la movilidad y una nueva dinámica en la demanda de empleo.

De mantenerse la tendencia de la recuperación que se inició en 2013 y que ha generado un aumento de la oferta y la demanda de los jóvenes en el mercado de trabajo, el desempleo juvenil continuará al final de la década en niveles muy altos. Dichos valores, según las hipótesis consideradas por el estudio, podrían oscilar entre el 17% y el 26% para las personas de 16 a 34 años, a pesar del impulso de la recuperación económica y del crecimiento previsto a largo plazo.

Así lo pone de manifiesto el estudio “Índice ManpowerGroup. Cambio productivo y demografía en la recuperación y Covid: su impacto sobre los jóvenes”, presentado hoy en Madrid por Raúl Grijalba, presidente de ManpowerGroup España, Portugal, Grecia e Israel, junto al profesor Josep Oliver, catedrático emérito de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, y autor del trabajo. El acto, que ha tenido lugar en la Cámara de Comercio de España, ha contado también con la participación de José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio de España y con Andrés Vicente, Presidente de Ericsson Iberia, CEO de Ericsson España y Vicepresidente de la Fundación I+E.

“Es imperativo abordar la situación de los jóvenes en el mercado del empleo de manera específica. Este estudio demuestra que es posible atajar el problema endémico del desempleo juvenil, pero solo si se sitúa como una cuestión prioritaria y si se aborda de manera decidida la necesaria transformación del mercado del empleo”, ha señalado Raúl Grijalba. Además, ha lamentado que no se esté dando “el protagonismo suficiente a los jóvenes en las negociaciones sobre la reforma del mercado del empleo”.

 Una tendencia de 20 años

El estudio parte de un análisis de la situación actual y de las tendencias demográficas y de empleo de la población juvenil en España a lo largo de las dos últimas décadas y de los cambios experimentados por los jóvenes en la fuerte recuperación de la ocupación 2013-19 para el conjunto del empleo español. Una de las primeras observaciones es que, entre 2000 y 2020, se han perdido 2,1 millones de empleos jóvenes, lo que supone una caída del 25,9%. La razón fundamental (-21 puntos) es la disminución de la población joven por efecto de los cambios demográficos que subyacen desde hace décadas y, en particular, de la más que notable pérdida de peso de la población de 16 a 34 años. En España, entre 1995 y 2020 los jóvenes han pasado de aportar más del 45% de los activos potenciales del mercado de trabajo (personas de 16 a 66 años) a escasamente el 30%. A ello hay que añadir la reducción de la tasa de empleo.

A pesar de ello, los jóvenes siguen padeciendo una alta tasa de desempleo (24,2% en 2020) que afecta con mayor intensidad a quienes tienen menor edad y un nivel formativo más bajo. También pesa más sobre los residentes en ciertas zonas, hasta el punto de que la tasa de desempleo de los jóvenes de 16 a 24 años supera el 50% en Andalucía o Canarias, mientras que en el noreste y Madrid es unos 20 puntos inferior.

Con este análisis como punto de partida, y teniendo en cuenta las actuales proyecciones de población, el estudio plantea diversos escenarios futuros en los que se proyectan los efectos de ciertos cambios que podrían producirse en las dinámicas del mercado de trabajo juvenil. “Para ello empleamos dos hipótesis sobre la evolución de la creación de empleo, una que proyecta la tendencia de los últimos años y otra que, manteniendo el ritmo general del país, hace crecer con más intensidad el empleo de los jóvenes. Junto con éstas, se analizan las tasas de actividad históricas o también tasas similares a las de los jóvenes centroeuropeos”, según explica el profesor Josep Oliver.

Si continúa la tendencia histórica reciente, “el empleo de los jóvenes crecerá a un ritmo medio del 0,3% anual, con lo que al final de la década se habrán creado algo más de 100.000 puestos de trabajo para este sector de la población”, asegura Oliver. En cambio, si se impulsan los cambios necesarios, “el crecimiento del empleo podría acelerarse hasta el 1,9% anual, de modo que se crearían más de 800.000 empleos para los jóvenes, de entre los 2,5 millones totales que conseguirá el país en los próximos años”.

Por su parte José Luis Bonet, Presidente de Cámara de Comercio de España, apuntaba: “los fondos Next Generation UE canalizados a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, representan una oportunidad histórica para resolver debilidades estructurales del mercado laboral. España no puede permitirse una tasa de desempleo juvenil en torno al 38% mientras que paralelamente 8 de cada 10 empresas, aseguran tener dificultades para encontrar los perfiles profesionales que necesitan. Para que seamos capaces de alcanzar todo nuestro crecimiento potencial, es urgente avanzar en un enfoque integral que conecte el sistema educativo y el ámbito productivo, fortalecer la colaboración público-privada, recuperar el talento senior y conectarlo con el talento joven, impulsar la adquisición y actualización de competencias, luchar contra el abandono escolar y reforzar las vocaciones técnicas y tecnológicas, así como la FP, en particular la FP Dual. La competitividad futura de nuestro tejido empresarial y el bienestar de los ciudadanos y el lugar que España ocupa en el mundo, dependen de ello”.

Andrés Vicente, presidente de Ericsson España y vicepresidente de la Fundación I+E, ha señalado que “para construir en España el proyecto de país avanzado y sostenible que necesitamos, será fundamental contar con un mercado laboral sostenible, lo que implica asegurar la formación que van a necesitar los nuevos empleos y al mismo tiempo ofrecer oportunidades de futuro a los jóvenes. Para ello, debemos abordar con determinación la transformación tecnológica de las empresas y de los trabajos, y al mismo tiempo, cimentar una verdadera sociedad del conocimiento que potencie el talento y las competencias, sitúe a las personas como principal activo y favorezca una mayor cohesión social que revierta brechas y techos de cristal”.

En el escenario continuista, con un mantenimiento del nivel de actividad, la tasa de desempleo de los jóvenes de 16 a 34 años se situaría entre el 17% y el 26% en 2030, dependiendo de la movilidad de los trabajadores (entre regiones, entre niveles de estudio y entre edades).

El estudio dibuja un escenario alternativo en el que, manteniendo constante el ritmo de creación de empleo del conjunto del país (1,3% hasta 2030), se produce una mayor demanda de empleo de jóvenes, gracias a un cambio en las políticas de ocupación. Si se dan estas circunstancias y el mercado del empleo juvenil alcanza una movilidad absoluta, la tasa de paro podría bajar hasta el 5%, que es la referencia del pleno empleo. Incluso si existieran ciertas restricciones a esa movilidad (por ejemplo, entre territorios), el desempleo de los jóvenes podría quedar por debajo del 10%. Solo en caso de falta de movilidad absoluta en el mercado trabajo, el desempleo se situaría en el entorno del 16%.

Raúl Grijalba ha apuntado que el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que incluye medidas sobre formación profesional y desarrollo de capacidades, “es una buena oportunidad para resolver algunos problemas del mercado del empleo y dar el impulso que necesita el empleo juvenil”. Pero ha instado a acelerar su puesta en marcha: “Tiene que pasar pronto del papel a la realidad. Es urgente ponerlo en marcha y acompañarlo de otras medidas e incentivos si queremos que nuestro país pueda equipararse a los principales países de nuestro entorno a lo largo de esta década”.

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