Índigo, estrella gastronómica en la Costa Blanca, con cocina tradicional y de vanguardia

«Para mí la cocina es pasión, mi vida, forma de expresarme, comunicar con los sabores, crear emociones». Algunas de sus recetas, en las que también incluye influencias asiáticas y americanas, dan idea de su calidad y originalidad: Pericana de bacalao con alcachofa confitada, Carpaccio de gamba roja de Denia con chile chipotle, Fidegua de cabellín con sepia y salmonete, Arroz robao con langostinos y algas, Bombón de cordero con milhojas de boniato y trufa, Bacalao confitado con tapenade de Provenza, pisto de verduras, alcaparras y piñones, Chipirones a la parrilla con tartar de tomate ibérico y confitura de cava…

Comer con los ojos

Con delicias semejantes en la mesa resulta difícil levantar la vista del plato, pero hay que hacerlo porque el restaurante se encuentra en un lugar espectacular. Aunque abierto al público general, Índigo forma parte de la amplia oferta gastronómica del hotel Meliá Villaitana, una réplica de un pequeño pueblo mediterráneo con los servicios de un hotel de lujo. El restaurante se encuentra en la zona más exclusiva del hotel, The Level 5*, sobre una de sus piscinas lago, con una amplia terraza y con una espectacular vista a uno de sus dos campos de golf, al skyline de Benidorm y al Mediterráneo. El interior es de madera blanca con techo abuhardillado, un entramado de vigas vistas y con una susurrante fuente en el centro. Por la noche se ilumina con velas.

Sin duda la visita al Índigo animará a muchos a alojarse por unos días en este espectacular resort y disfrutar del encanto de sus 25 edificios con una arquitectura original donde se combinan recuerdos medievales, aires mediterráneos, un original claustro con naranjos y hasta una iglesia en su plaza central. También ofrece hasta seis sinuosas piscinas, alguna con arena de playa o con agua climatizada y con espacio para hacer kilómetros nadando, jugar al golf en sus dos campos de categoría internacional, utilizar algunas de las varias pistas de tenis y pádel o acudir a cualquier hora del día o de la noche a un gimnasio perfectamente equipado y donde poder experimentar las ventajas del yoga, taichi, pilates o stretching. Y para relajarse, hay un spa de 1.200 metros cuadrados dedicado al cultivo del cuerpo, equilibrio de la mente y purificación del alma.