En los tiempos que corren, donde la conservación y puesta en valor del patrimonio de las culturas, ocupa prioridades en los gobiernos de todo el mundo. España is diferent.
Observese este hermoso edificio, suelo patrio en Santiago de Cuba, que fue el Consulado de España en la segunda ciudad de Cuba, Santiago de Cuba.
Hoy prácticamente solo queda de él la fachada en el Paseo Martí y absolutamente nadie recuerda su origen.
Durante el siglo XX, este Consulado se cerró y la presencia de España en Santiago de Cuba pasó a la historia. Lejos quedaron aquelos pioneros que crearon la primera capital de Cuba. Lejos quedaron los 400 años de ser parte de las llamadas españas de ultramar. Lejos quedaron aquellos héroes que derramaron su sangre, en la última absurda Batalla de Santiago.
España devora a sus hijos y sus obras.
Este edificio, ya solo pura fachada hubiera sido el lugar ideal a reconstruir para albergar el Consulado que Cuba concedió a España durante el mandato de Rajoy. Al menos para reconstruir la fachada y dejarlo como un gran monumento en homenaje a la memoria.
En esa línea se trabajaba cuando el cambio de Gobierno en España llevó al poder a Pedro Sánchez. El cambio en la representación diplomática española conllevó un cambio de planes.
Los posibles votos de emigrantes en Camagüey, donde existen varias asociaciones de regiones Españolas, y la fontanería política llevaron a que el gobierno de Pedro Sánchez eligiera olvidarse de Santiago de Cuba y la historia, para apostar por construir el nuevo Consulado en Camagüey y condenar al olvido la historia.
A pesar de todo aun hay tiempo para salvar la dignidad y acometer la restauración comentada. Esta restauración podría convertirse en la de todo el pequeño parque que lo rodea donde tantos españoles residentes en Santiago y su entorno, tuvieron su punto de referencia durante la neorepública de Cuba.
Antonio Mora