Crucero de posicionamiento: Katákolon

Dejamos las tierras italianas para despertar en las griegas. Porque a las ocho de la mañana el barco Costa Mediterranea atracaba en el puerto de Katákolon o Katákolo.

 

Igual que sucede en la escala de Civitavecchia, que la mayoría de las personas se desplazan hasta Roma, en Katákolon lo hacen a Olimpia.

E igualmente, como Carlos y yo repetíamos destino -en agosto de 2017 hicimos el crucero de Costa Zambullida en las Islas Griegas (barco Costa Luminosa) con nuestros hijos Iván y Carlitos- y la primera vez habíamos hecho una excursión para ir a Olimpia, optamos por quedarnos en Katákolón.

BREVE INFORMACIÓN DE OLIMPIA

Olimpia u Olympía, es un lugar arqueológico, sito en la unidad periférica de Élide, en la Grecia occidental (península de Peloponeso).

En la Antigua Grecia fue la sede del Santuario de Olimpia -ofrecido al dios Zeus- y el emplazamiento donde nació y se celebraron, cada cuatro años, los Juegos Olímpicos.

En las ruinas de Olimpia -Templo de Zeus- se alzaba una de las siete maravillas del mundo antiguo: la Estatua de Zeus.

En 1989 el sitio fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Si es la primera vez que visitas Katákolon recomiendo hacer la excursión a Olimpia, bien en excursión con la naviera, bien con otra contratada con un touroperador.

Distancia (en carretera) de Katákolon a Olimpia: 38 kilómetros, (unos 45 minutos).

En la excursión que nosotros contratamos (touroperador, cuatro horas de duración) nos llevaron a ver el Museo Arqueológico de Olimpia, que alberga numerosas piezas de arte, halladas tanto en el santuario como en los alrededores.

Entre todas las maravillas que hay dentro del museo pudimos ver cómo era la Estatua de Zeus.

BREVE INFORMACIÓN DE KATÁKOLON

Katákolon es una localidad costera en la bahía de Agios Andreas (mar Jónico), sita en la unidad periférica de Élide, en la Grecia occidental (península de Peloponeso).

Katákolon es el puerto de la ciudad de Pirgos o Pyrgos.

PASEÍTO POR KATÁKOLON

En Katákolon eso de “aquí hay cuatro cosas que ver” es tal cual.

Así que, calma. Porque hasta las 14:30 horas que era el “todos a bordo” teníamos tiempo para ver cuatro veces esas cuatro cosas, que si me apuras un poco, se quedan en tres.

Desde que se baja del barco hasta que se llega junto al letrero Port of Katakolo JOHN LATSIS hay una pequeña caminata (unos 10 minutos, yendo despacio).

A la izquierda está Plakes Beach.

La playa es muy pequeñita, y además de arena, tiene piedras.

Cuando nosotros fuimos no había ni un alma y se veía cubierta por lo que creo (creo) era la misma planta acuática que tanto hemos visto en las playas de Ibiza, la posidonia oceánica.

Nota: la posidonia oceánica (praderas de posidonia), es una especie de planta endémica del mar Mediterráneo.

Después de buscar información acerca de la posidonia oceánica constato que es una planta que está amenazada, y que además de en Baleares, también se puede ver en países como Francia, Grecia, Italia; al norte del continente africano, en Turquía…

El origen del nombre de esta planta lo encontramos en Poseidón (dios de los mares en la mitología griega).

Tras dar un pequeño paseo por la playita y sacar unas fotografías, nos dirigimos al centro, donde anduvimos por la colorida calle principal, y las aledañas, y nos hartamos de ver tiendas de artesanía, regalos, ropa; restaurantes, terrazas…

Al final de la calle se encuentra el Museo de la Antigua Tecnología Griega (no entramos).

A la derecha del museo están las vías del tren, y la parada. Y a la izquierda la iglesia Ortodoxa.

Continuamos de frente (y si no nos salimos del pueblo fue de milagro).

Dándonos la vuelta, nos desviamos a la izquierda hasta llegar a otra playa, bastante grande, con aspecto de dejadez. Por ella paseamos un rato, mientras dejamos nuestras pisadas, ora sobre la arena, ora sobre restos de huellas de tráfico rodado.

Dentro de las pocas cosas que se pueden hacer en Katákolon (un día de diciembre, claro está), pasear por esta playa al tiempo que contemplas el mar y las vistas es una buena alternativa.

Regresamos al centro, sorteando casas algo destartaladas y una iglesia pequeñita pintada de blanco con tejas rojas, y recorrimos el paseo marítimo de Katákolon. Y nos perdimos por las calles para seguir descubriendo más rincones.

IGLESIA ORTODOXA

Como anteriormente habíamos pasado junto a la iglesia ortodoxa, sin prestarle atención, nos acercamos para verla.

Agios Nicolaos es el nombre de la iglesia ortodoxa de Katákolon.

Cuando nosotros fuimos estaba cerrada (diciembre de 2018).

La iglesia es blanca y azul y está llena de banderines.

Al subir la escalinata se llega a una terraza. Desde ahí hay otra perspectiva del mar.

ÚLTIMAS VISTAS EN KATÁKOLON

Dando la espalda al mar, y subiendo más y más escaleras -ocultas entre las casitas del pueblo- fuimos encontrando diversos miradores.

La recta final de la subida fue por un camino de tierra que nos llevó a la cima el monte. Una pena no haber tenido más tiempo para haber podido disfrutar más de aquel entorno en tonos térreos y verdosos.

¡Y de las fabulosas vistas!

Poco más puedo escribir de Katákolon.

De nuevo en el barco… Y antes de poner rumbo a la capital griega… Una bellísima puesta de sol se dibujó… En el horizonte… Entre el cielo y el mar.

Por Carolina Olivares Rodríguez.