Ana Páramo lamenta los ataques contra el CNI y pide confianza en su trabajo al servicio de España

Considera «inadmisible» las críticas al servicio de inteligencia

«Una de las principales responsabilidades que la normativa le atribuye al CNI es garantizar la unidad de España, su integridad y la estabilidad de las instituciones. Desde hace varias semanas, se le acusa de investigar a aquellos que suponen una amenaza para estos tres valores», lamenta Ana Páramo en un artículo de opinión publicado en Voz Pópuli.

Páramo asegura que España es ahora mismo «un gran país sin dirección, sumido en la perplejidad, en el que una de las dos Españas asiste atónita a la crítica de la otra hacia quiénes nos defienden de los adversarios, velan por nuestro bienestar y sirven a un Estado, sin atender a los colores del Gobierno» por los ataques que ha recibido el CNI en las últimas semanas.

«Que arremetan contra él quienes se sienten agraviados es comprensible; ahora bien, que una parte de la ciudadanía se incorpore a esa crítica y haga suyo el ataque a uno de los organismos empeñado en velar por el bienestar de todos sus conciudadanos allá donde se encuentren es inadmisible en un país moderno, democrático y, como no podía ser de otra manera, garantista», añade.

«Una cosa es que los procedimientos, fuentes, etcétera, del CNI sean secretos porque así lo establece la ley y otra es que puedan ser contrarios a la normativa. El fin último del secreto es salvaguardar la seguridad de los españoles y, por supuesto, también la de los miembros del CNI, no amparar la arbitrariedad de sus actuaciones», continúa el artículo titulado «CNI: réquiem por el sentido de Estado».

Según Páramo, hace diez meses el Centro Criptológico Nacional (CCN), adscrito al CNI, advirtió al Gobierno de la vulnerabilidad de los teléfonos móviles del presidente y de los ministros y se ofreció verificar si habían sido o no infectados, pero el Gobierno lo rechazó «probablemente temerosos de que el servicio de inteligencia español fuera a recabar información que no debiera conocer».

«En julio de 2021, en plena crisis diplomática entre España y Marruecos, este último país firma un acuerdo con Israel, país “propietario” de Pegasus y que decide a qué naciones se les vende la herramienta y bajo qué condiciones de uso», explica la articulista, que señala que el pacto es el inicio de una colaboración en materia de seguridad e inteligencia.

A principios de 2022, según Páramo, el CNI vuelve a advertir a los miembros del Gobierno sobre la posible infección de sus teléfonos con Pegasus y ahora tanto el presidente como la ministra de Defensa reconocen que han sido espiados con el programa, una infección que la inteligencia británica atribuye a Marruecos.

Una vez descubierta la intervención de los teléfonos de Pedro Sánchez y Margarita Robles, se alzan voces que achacan la infección al CNI «porque no ha vigilado convenientemente y porque no está actuando sin control desde hace tres años por no comparecer ante la Comisión de Secretos Oficiales (por no estar constituida, no por falta de voluntad)». «La media España en la que me incluyo recibe estupefacta mensajes que incriminan a uno de los garantes de la seguridad nacional. ¿Desde cuándo se culpa al vigilante de un robo y no al ladrón? ¿Qué país de nuestro entorno arremete contra su propio servicio de inteligencia? ¿Lo hizo Merkel cuando supo que Pegasus campaba a sus anchas por su teléfono móvil?», se pregunta Ana Páramo en Voz Pópuli.

«No miramos a Europa y presentamos una protesta formal ante el país que ha agredido a nuestras autoridades, sino que arremetemos contra la institución silenciosa y discreta que, por su deber de reserva, no va a reaccionar ni a contradecir a los gobernantes de la nación cuyos intereses defiende», se lamenta, señalando la falta de políticos con vocación de Estado.

«Tanto los Gobiernos del PP como los del PSOE han utilizado al CNI para sacar rédito político, sin importar la honestidad de la institución y su lealtad a la Nación», dice, haciendo un llamamiento para confiar «en las instituciones que, sin ánimo de obtener beneficio alguno, trabajan en aras de la seguridad de todos nosotros desde la más absoluta discreción, vocación de servicio para con sus compatriotas y respeto al ordenamiento jurídico».