La ruta del Quijote. Los cuatro «países de la ruta de Don Quijote de la Mancha”. Castilla, La Mancha, España, Europa. (Primera parte).

Cuando Miguel de Cervantes Saavedra escribió la novela titulada Don Quijote de la Mancha es de suponer que, él pudo llegar a suponer, que no estaba escribiendo un libro cualquiera. Y es que aquel ingenioso hidalgo llamado Alonso Quijano que quiso ser un inmortal caballero andante, perpetuo enamorado de la sin par Dulcinea del Toboso, anduvo, en parte, por diversos caminos de la geografía española -allá, por tierras manchegas- de primeras en la fantasiosa mente de “Cervantes”, y más tarde, el escritor español, nos haría caminar junto al “Quijote” y su fiel e inseparable escudero Sancho Panza a los que, un día, decidimos aventurarnos en la lectura de este universal libro, que presume de ser -después de la Biblia- el más traducido del mundo.

Esta breve introducción literaria, antesala de la primera parte de este nuevo artículo viajero, espero os haya impulsado a poner en funcionamiento vuestra imaginación y hayáis podido visualizar mentalmente cómo serán los lares que conforman la ruta por la que deambuló Alonso Quijano, o dicho de un modo más correcto, su alter ego, Don Quijote de la Mancha, al que, de ahora en adelante, y por abreviar, le designaremos simplemente con el nombre de “Quijote”.

Y por meternos de lleno en materia, comencemos pues “vuestras mercedes” a recorrer la bonita ruta que os propongo. No sin antes, como no, dejaros unas pinceladas informativas sobre cómo llegar (saliendo desde Madrid, capital de España) hasta Ruidera (puesto que este es el pueblo que he elegido como punto de salida, y de él os hablaré con detenimiento en la segunda parte del artículo) así como de la forma de desplazamiento (siempre por carretera) y el kilometraje.

Traslado desde Madrid a Ruidera (Ciudad Real, Castilla la Mancha).

Distancia: 227,5 kilómetros yendo por la carretera de Andalucía (A-4).

No tiene pérdida.

Desplazamiento: nosotros fuimos en coche particular pero también se puede ir en autobús.

Los autobuses con destino a Ruidera parten de la Estación Sur. En caso de optar por esta opción visitar web para ver horarios, precios y disponibilidad.

Segunda alternativa, como punto de inicio.

Una segunda opción sería salir desde Argamasilla de Alba (Ciudad Real, Castilla la Mancha). La distancia desde Madrid es de 190 kilómetros yendo por la carretera de Andalucía (A-4). No tiene pérdida.

Dato importante: aunque probablemente haya personas que hagan la ruta del Quijote y visiten Ruidera (lagunas) en una sola jornada, mi recomendación es que, como mínimo, dediquéis a estos lugares un par de días.

La distancia desde Ruidera a Argamasilla de Alba es de unos 30 kilómetros yendo por la CM-3115.

Los cuatro “países” de la ruta.

Aun con el calificativo de país, en realidad los cuatro países son pequeñas localidades manchegas cuyos nombres son: Argamasilla de Alba, Campo de Criptana, Alcázar de San Juan y El Toboso (las tres primeras ubicadas en la provincia de Ciudad Real y la cuarta y última en la de Toledo, Castilla la Mancha).

Y ya sin más demora, damas y caballeros, comencemos la andadura por la que cada dos por tres encontrarás esculturas, estatuas y monumentos dedicados al Quijote, a Sancho Panza o a Dulcinea del Toboso.

Argamasilla de Alba.

Argamasilla de Alba, parece ser, el lugar “de cuyo nombre no quiso acordarse” el imaginario musulmán Cide Hamate Benegeli, narrador de la primera parte de la obra cervantina. Por tanto, de ser este pueblo el lugar del que el autor no se quiso acordar, bien pudiera comenzar la lectura del libro:

-En Argamasilla de Alba, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.

Pero de ser cierto que Argamasilla de Alba, realmente, fue “ese misterioso lugar”… ¿Por qué Cervantes no se quiso acordar de él? La respuesta a esta incógnita seguramente sea porque en este pueblo está la Casa Cueva Medrano, que fue la húmeda y martirizante prisión en la que estuvo encarcelado Miguel de Cervantes, y donde pudo haber escrito tan importante libro (o la mayoría de él).

La Casa Cueva Medrano, en la actualidad, acoge la Biblioteca y la Oficina de Información y Turismo.

Cuando nosotros la visitamos también accedimos a la Galería Gregorio Prieto.

A la localidad la bañan las aguas del río Guadiana y forma parte del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera (del que os hablaré en la segunda parte).

Los sitios que pueden visitarse (aparte de la Casa Cueva Medrano) son: el Castillo de Peñarroya, la Ermita de San Antón y la Iglesia de San Juan Bautista.

En la zona más céntrica está el Parque de los Derechos Humanos. Y varias estatuas y monumentos dedicados a Cervantes y al Quijote.

Argamasilla de Alba destaca también por su maravilloso entorno natural.

Campo de Criptana.

Campo de Criptana “o Tierra de Gigantes” es el pueblecito donde el Quijote, en vez de molinos de vientos, vio gigantes.

Y es lo que encontraremos allí: los famosos molinos manchegos. Los mismos contra los que pudiera haber combatido, imaginariamente, el Quijote, envistiéndolos por creer ver en ellos a armados y desaforados gigantes.

El episodio de los “Molinos y Gigantes” es uno de los más destacados de la lectura del libro (capítulo VIII – primera parte).

Los molinos son el emblema de Campo de Criptana. Enclavados en lo alto de una pequeña colina (dirección: Sierra de los Molinos) a día hoy se conservan diez de los treinta o cuarenta que pudo haber en el pasado.

De los diez molinos harineros -puesto que se empleaban para moler los granos de trigo- tres, Burleta, Infarto y Sardinero, están declarados desde el año 1979 como Bien de Interés Cultural por conservar su estructura original, que se pone en funcionamiento los sábados.

Estos tres molinos soportan la fuerza del viento desde el siglo XVI.

Después de ver los molinos, recorre sus callejuelas.

Aparte de los molinos, monumentos y diversos museos son el reclamo turístico.

De hecho, algunos de los molinos acogen museos.

“La belleza y el talento artístico de Antonia”.

Campo de Criptana vio nacer a María Antonia Abad Fernández, cuyo nombre artístico sería Sara (o Sarita) Montiel.

Esta bella mujer -manchega y española- eclipsaría en la industria cinematográfica norteamericana. Por ello, “La Divina” o “La Emperatriz de la Mancha” llevaría su arte no solo por toda España; incluso Hollywood (academia) terminó cayendo rendida a sus pies, llegando a decir de ella que era la Ava Gadner española.

Como no podía ser de otro modo en su pueblo natal se haya el museo dedicado a su persona y trayectoria profesional (a nivel nacional e internacional).

La dirección del museo (exposición-homenaje) se encuentra en la Sierra de los Molinos, concretamente en el interior del molino que atiende al nombre de Culebro.

Alcázar de San Juan.

Aunque se dice que Miguel de Cervantes nació en el municipio madrileño de Alcalá de Henares, otras fuentes sitúan su nacimiento en Alcázar de San Juan.

Situar su nacimiento en este pueblo -de haber nacido aquí sería once años más joven- modifica ciertos momentos de su vida. A saber: jamás hubiera sido camarero del Cardenal Acquaviva ni habría estado en la Batalla de Lepanto; también afectaría a su etapa como cautivo en Argel.

Sin embargo debemos considerar las palabras de Cervantes, patentes en la Declaración de Argel del año 1580, en la que afirma ser alcalaíno.

Y de igual modo que le sucede a Argamasilla de Alba, o a Argamasilla de Calatrava y a Villanueva de los Infantes, por poner un par de ejemplos, cabe la posibilidad de que Alcázar de San Juan fuera ese lugar “de cuyo nombre, Cervantes, no se quiso acordar”, pues por algo es considerara como “el Corazón de la Mancha”.

Lo que está claro es que, Alcázar de San Juan, fue una gran fuente de inspiración para Cervantes a la hora de escribir El Quijote; y la localidad le nombraría Hijo Predilecto de la Ciudad de Alcázar de San Juan “por haber hecho de la Mancha un referente literario universal”.

Y tras los datos informativos, dejo un listado de sitios de interés:

-Estación de Alcázar de San Juan.

-Ayuntamiento. Antaño fue un casino.

-Antigua posada de Santo Domingo, aloja un museo municipal.

-Antiguo convento de Santa Clara, ahora hotel.

-Calle Emilio Castellar y Plaza Mayor.

-Casa Cervantes, Casa de Don Oliveiro Martínez y Mier, Casa Párraga y Casa del Hidalgo (museo del Hidalgo o Casa del Rey. Se cree que uno de los hidalgos que habitaban esta casa pudo inspirar a Cervantes, con lo que su Alonso Quijano se asimilaría a uno de ellos).

-Iglesia de Santa Quiteria y Plaza Santa Quiteria.

-Escultura de Don Quijote en la plaza del Palacio. La escultura lleva el curioso nombre de “Don Quijote Cósmico”. Fue un bonito y original regalo de Guanajuato, ciudad mexicana hermanada con Alcázar de San Juan.

-Plaza Cervantes.

-Torreón del Gran Prior Don Juan de Austria.

-Iglesia de San Francisco, iglesia de la Santísima Trinidad e iglesia parroquial de Santa María la Mayor (en esta iglesia está la pila bautismal donde se bautizó a Cervantes. De hecho, su partida de bautismo se guarda en sus archivos).

-Estatua de Cervantes (plaza Santa María, próxima a la iglesia parroquial de Santa María la Mayor).

-Los cuatro molinos de vientos del cerro de San Antón.

-Biblioteca pública municipal Miguel de Cervantes.

-Parque Alces.

-Yacimiento romano.

-Complejo lagunar de Alcázar.

Comer

Aunque en toda la comunidad se come muy, pero que muy bien, quizá sea aquí, en Alcázar de San Juan, donde merezca la pena hacer una parada para reponer las energías y fuerzas perdidas.

Por recomendaros un plato, que no quede: El guiso de las bodas de Camacho. Pero hay un pequeño problemilla: este guiso solo puede ser degustado un fin de semana al año. En el mes de noviembre se celebra La celebración de las bodas de Camacho, como parte de una oferta gastronómica y turística, donde se unen aspectos culinarios, culturales e históricos para acercar al público a sus tradiciones manchegas. Los días elegidos, todos los restaurante de Alcázar de San Juan se ponen de acuerdo y lo ofrecen por un precio único (unos 14 euros).

La base de este tradicional plato manchego es la carne de pollo.

Como curiosidad deciros que este guiso está inspirado en uno de los relatos del Quijote (capítulo XX – segunda parte). Es más, conmemorar el evento gastronómico viene motivado por la obra cervantina.

El Toboso: Patria de Dulcinea.

El atractivo de este municipio toledano, no es otro más que, ser la cuna de la dulce damisela, quien fuera bautizada por el propio protagonista con el nombre de Dulcinea del Toboso.

No obstante, Dulcinea del Toboso, solo era un espejismo, ya que la verdadera mujer que inspiró a Alonso Quijano era la antítesis de “la dueña y señora de su corazón y sus pensamientos; que encarnaba la Belleza y la Virtud”.

En realidad (o mejor dicho, en la ficción) Dulcinea fue una ruda mujerzuela llamada Aldonza Lorenzo, de la que el hidalgo pudiera haber estado enamorado. Aldonza era una moza labradora y varonil a la que le olía la boca a ajo y tenía costumbres poco femeninas. Aunque claro, este aspecto y comportamiento -según el caballero andante- era debido a un encantamiento.

(Al lector, estos pasajes, por el ingenio y ocurrencia de Cervantes, le roban auténticas carcajadas).

Aquí, la frase “cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia” no tiene toda la credibilidad que debiera puesto que una leyenda circula al respecto. Por lo visto, Miguel de Cervantes sufrió desamores por culpa de una muchacha natural de El Toboso. Y ella, en su descripción literal en la novela, habría sido “la Dulcinea de la que estaba eternamente enamorado el Quijote”.

Y ahora que ya sabes de la importancia de El Toboso, descúbrelo.

¿Qué podemos visitar en este pueblecito?

-Museo de la Casa de Dulcinea. Imprescindible visitarla.

-Museo cervantino.

-Plaza Mayor y la iglesia de San Antonio de Abad (o la Catedral de la Mancha).

-El convento de las Trinitarias (declarado como Bien de Interés Cultural).

-Ayuntamiento.

Diploma de Caballero Andante y Dulcinea de la Mancha.

Finalizada la ruta, y para que quede constancia de que se ha efectuado la ruta quijotesca, podréis recoger vuestros diplomas y/o títulos certificados.

Para ello os habrán tenido que sellar los folletos (uno por persona) del País del Quijote en las cuatro Oficinas de Información y Turismo.

Por Carolina Olivares Rodríguez.

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