El Caribe o donde la gente mira a los ojos

Reinaldo Cedeño Pineda

El Caribe completó el mundo. En una de sus islas recaló la expedición comandada por Cristóbal Colón en 1492, y desde entonces… la historia del planeta se transformó para siempre.

Para algunos visitantes,  el Caribe  es sinónimo de sol, baile, palmeras  y llegan a estas tierras a confirmar la postal que venden las agencias de turismo. Y no es que falte la música ni el calor, es que El Caribe es mucho más.

SANTIAGO DE CUBA – DESFILE DE LA SERPIENTE EN FESTIVAL DEL CARIBE QUE SERÁ RETRANSMITIDO EN DIRECTO POR EL GRUPO24H

A principios de los ochenta, en Santiago de Cuba, un grupo de artistas decidieron demostrarlo. Crearon  una fiesta para manifestaciones de las artes escénicas y la danza. Poco después, el convite fue creciendo y fue necesario crear una institución que sustentara el proyecto, la Casa del Caribe.

El Caribe más allá de la geografía

El Festival del Caribe toma por asalto cada julio todos los espacios de Santiago de Cuba, siempre en la misma fecha, del 3 al 9. Este lunes comienza la 37. Edición, dedica esta vez a la pequeña isla de Bonaire.

La filosofía del Festival es que el Caribe no es un espacio meramente geográfico, sino un entorno cultural que rebasa las islas y costas del centro de América. La identidad de la gente del Caribe ―es decir sus colores, sus olores y sus dolores― va siempre con ella.

También puede encontrarse al Caribe en Nueva York, en Amsterdam, en Madrid, en Londres, en Montreal…

A  lo largo de los años, he visto de todo en esta especie de “olimpiada cultural” de cada julio santiaguero: un desborde de merengue dominicano, las cinturas rompiéndose al ritmo de los tambores, la reina del carnaval de Aruba, la tuna de Alcalá de Henares, una conferencia sobre el Caribe que nos une…

He visto a los muñecos gigantes del carnaval de Pernambuco, a los diablos danzantes de Venezuela,  a la stell band de Trinidad Tobago, al coro de Bahamas, a los mariachis de México, a dos bandos en plena controversia, a un diablo de paja quemándose frente al mar…

Y a un  Nobel de Literatura firmando autógrafos hasta en la espalda.  Sonia Silvestre, cantándole a la tarde. Una ceremonia cimarrona frente a la montaña. A un poeta descargando metáforas frente al mar y abrazando una ola…

Un milagro y un misterio

Un intelectual de la talla Joel James ―uno de los artífices y pensadores más importantes del Caribe―, afirmó que la cultura popular y tradicional es la salvaguarda del espíritu de los pueblos. Para él era  “un milagro y un misterio”.

Las danzas,  ritmos, cocina,  tejido, ritos, luchas de los pueblos del Caribe son los protagonistas del Festival. Esas manifestaciones son una marca. Ellas han encontrado una plataforma para justipreciarlas, para quererlas, para visibilizarlas, para tocarlas, para relanzarlas, para conocerlas.

Un pasacalle gigante que se conoce como El Desfile de la Serpiente, anima las principales calles de Santiago de Cuba durante el convite. Cultores de expresiones populares, poetas, investigadores, religiosos, académicos…  se dan cita en la urbe oriental cubana….

Lo que la tradición abona, lo que es materia de orgullo, no necesita más luces que aquellas que salen del pecho. Nunca hay apagón. El pueblo hincha las velas con sus propios pulmones, si es preciso.

El poeta Nicolás Guillen intentó definir al Caribe:

Este animal
marítimo y enigmático
tiene una cresta de cristal,
el lomo azul, la cola verde,
vientre de compacto coral,
grises aletas de ciclón.


El Caribe es zona de paz. No es un lema publicitario. Conviven todas las razas y todas las creencias.  La gente mira de frente,  sin reserva y sin temores. Aquí, en el Caribe, la gente mira a los ojos.